Ha sido sacudida la Nación Rojiblanca luego de los dos Clásicos contra el América.Entendiendo que las derrotas en sí, son las que marcan. Ha sido la forma, siendo superados ampliamente por el rival americanista lo que ha ocasionado una crisis de confianza alrededor del proyecto que encabeza José Cardozo.En la repartición de culpas, el estratega lleva la delantera de las mayorías a consecuencia de un planteamiento demasiado tímido en el juego de Copa y decisiones que no funcionaron en el duelo liguero del fin de semana.Coincido en parte. Chivas aceptó de entrada ser inferior y ese rol no se lo pudo quitar durante 180 minutos, mismo tiempo en el que las Águilas pasearon su superioridad en CDMX y Guadalajara. Las decisiones, siempre llevan una dosis mayor o menor de riesgo y tristemente para el Rebaño ninguna terminó siendo favorable.Pero mi reproche, como aficionado al futbol al que le quedaron a deber un Clásico emocionante, se extiende hacia algunos de los futbolistas de Chivas que no estuvieron a la altura de la exigencia.Porque no puedo entender como a un jugador al que se le ha elogiado tanto por su capacidad y actitud como Jesús Molina, se le ocurra tirar un pisotón descalificador en mediocampo, ganándose con ello la expulsión.Tampoco comprendo cómo Alexis Vega, refuerzo caro, no pueda a estas alturas de su carrera moderar el ímpetu y encauzar de mejor forma, las ganas de competir, o que Alan Pulido, en esta ocasión por lesión, nuevamente deje con las ganas a sus aficionados de verlo en rol trascendente. Bajo esas circunstancias, es muy complicado competir.Tres futbolistas probados, capaces, figuras de las Chivas que fueron piezas clave del waterloo que tiene hoy al rojiblanco fuera de la Copa, fuera de la zona de Liguilla y con muchas más dudas que certezas...